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statement
 

Crecí en una ciudad chica, dentro de una familia tradicional donde las rutinas marcaban el ritmo de los días. En medio de ese orden, descubrí la diversión, la imaginación y una forma de observar los detalles que a veces pasaban inadvertidos.


La fotografía se convirtió en mi manera de estar presente: aunque no aparezca en las imágenes, estoy en cada disparo. Muchos de los espacios que capturo, ya sea en viajes o en instantes cotidianos de mi vida como madre y esposa, revelan que lo extraordinario también habita en lo ordinario.

Por medio de mi obra exploro la dualidad que vivimos las mujeres que crecimos dentro de cánones tradicionales: la entrega a la familia y, a la vez, el deseo de crear un camino propio, de cumplir nuestros sueños. Más que contradicción, lo interpreto como un equilibrio entre roles, donde cada uno aporta aprendizajes y alegrías distintos.


Imaginar una realidad distinta donde el centro soy solo yo, detona mi proceso creativo. Es por eso que en mis series es común encontrar reflejos que dejan ver una realidad paralela que abre posibilidades nuevas; movimientos en las luces y en el agua que desdibujan lo cotidiano y lo transforman en instantes únicos. El círculo es un símbolo recurrente: representa las vueltas necesarias para llegar a un punto nuevo, el movimiento constante hacia el crecimiento. En los patrones de los pisos y en las texturas de los espacios comunes descubro la rutina, con detalles que muchos pasan por alto, pero que esconden la magia de lo ordinario.

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© 2020 Amelia Bisbardis

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